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APRENDE CON LA POESIA

Como se dibuja a un niño

Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.

Pintarle mucho flequillo,

– que esté comiendo un barquillo;

muchas pecas en la cara, que se note que es un pillo;

– pillo rima con flequillo y quiere decir travieso -.

Continuemos el dibujo: redonda cara de queso.

Como es un niño de moda, bebe jarabe con soda.

Lleva pantalón vaquero con un hermoso agujero;

camiseta americana y una gorrita de pana.

Las botas de futbolista – porque chutando es artista -.

Se ríe continuamente, porque es muy inteligente.

Debajo del brazo un cuento, por eso está tan contento.

Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.

(Gloria Fuertes)

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ACTIVIDAD:

Algunas preguntas sobre el texto al finalizar la lectura:

1. ¿Qué debe tener el dibujo del niño para que parezca travieso?

2. ¿Qué está comiendo el niño?

3. ¿Cómo va vestido el niño?

4. El niño está muy contento porque tiene algo debajo del brazo… ¿qué es?

DISFRUTA DE UN CUENTO

Un juego de dados

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Existía en la ciudad india de Benarés un hombre al que le gustaba mucho jugar a los dados. Se llamaba Apu, y el amigo con el que jugaba a diario, Amir. Pero a la hora de jugar, ambos se comportaban de forma diferente: mientras que Apu cumplía todas las normas y nunca se enfadaba si perdía, a Amir le costaba mucho perder, y no dudaba en hacer trampas siempre que podía.

Amir se escondía algunas veces un dado en la boca, debajo de la lengua, para deshacerse de él cuando su amigo no le veía. Y cuando iba ganando, le encantaba dejarlo bien claro delante de Apu:

– Eh, Apu… ¡menuda paliza que te estoy dando, ¿eh?- le decía muchas veces, para decepción y asombro de su amigo.

Pero Apu se cansó y pensó en la forma de dar una lección a su amigo Amir.

Apu preparó una mezcla de especias muy picante, y sumergió los dados en ellas. Los mantuvo una noche entera allí para que se impregnaran bien con el picante. A la mañana siguiente, Apu los observó con satisfacción: como los dados eran amarillos, no se notaba la mezcla. A simple vista parecían dados normales.

Así que ese día, Apu se fue como de costumbre a jugar a los dados con su amigo Amir.

Al principio no sucedió nada, porque Amir iba ganado y era feliz. Pero en una de las rondas la suerte cambió, y Apu comenzó a ganar. Al infeliz de Amir se le ocurrió probar con su truco de siempre, y se metió un dado en la boca. A los pocos segundos comenzó a ponerse rojo y a hacer gestos con la mano. Entre dientes, intentaba decir:

- ¡Ayiuuugaaa!

– ¿Qué dices, Amir, que no te entiendo?- dijo entonces Apu.

– ¡Ayiujaaaa!- intentaba decir con el dedo bajo la lengua y la boca ardiendo Amir.

Entonces, Amir no pudo más del picos y el quemazón que sentía y se sacó el dado de la lengua.

– ¡Ayudaaa! ¡Me quemo!- consiguió decir al fin.

Y su amigo, que tenía preparado un brebaje para calmar el pico, le dio a beber el antídoto. Amir le miró con sorpresa, y al entender que lo había preparado todo, dijo:

– ¿Por qué me hiciste esto, amigo?

- Porque hacías trampas y quería que entendieras que entre los amigos no se puede ser desleal- Contestó Apu con calma.

– Pero si solo es un juego… – intentó defenderse Amir.

– Sí, es un juego, pero la lealtad debe existir en todo momento. Si no eres capaz de cumplir con ella jugando, ¿cómo sabré que luego en las cosas importantes no harás lo mismo?

Preguntas de comprensión lectora. 

1. ¿A qué le gustaba jugar a Apu con su amigo Amir?

2. ¿Por qué se enfadó Apu con su amigo?

3. ¿Qué hizo Apu para dar una lección a su amigo?

4. ¿Funcionó su plan? ¿Entendió su amigo qué hacía mal?

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